Declaración del Honorable Ministro Louis Farrakhan sobre el deceso de ‘El Comandante’ Fidel Castro

POR EL HONORABLE MINISTRO LOUIS FARRAKHAN | 29 DE NOV DEL 2016

Fidel Alejandro Castro Ruiz, el querido revolucionario. Aquellos que sufrieron amaron y llamaron a Fidel Castro; aquél que denigró a los opresores físicamente partió de esta vida en su querido Cuba. Tenía 90 años y partió de esta vida el 25 de noviembre y su muerte fue anunciado por su hermano, el presidente cubano Raúl Castro. Este hombre notable sobrevivió 10 administraciones presidenciales y cientos de atentados de asesino. Uno de sus grandes logros fue el desarrollo de la medicina cubana y el desarrollo de doctores a quienes envió por todo el planeta para servir a aquellos que estaban sufriendo. Ofreció mandar 1,600 doctores y suministros médicos cuando golpeó el huracán Katrina en Nuevo Orleans en el 2005, y en una reunión con el Honorable Ministro Louis Farrakhan, el presidente Castro ofreció 1,000 becas médicas gratis para los Negros y latinos en Norteamérica. El Ministro Farrakhan y una delegación de la Nación del Islam visitó al presidente Castro y a Cuba en marzo del 2006 para estudiar la preparación para desastres. La razón por la visita era para aprender y aprendimos mucho, dijo el Ministro. La visita fue organizada no por el miedo al terrorismo, pero porque Norteamérica está bajo castigo divino con desastres naturales azotando al país. “Nuestra esperanza es que se levante el bloqueo y que la gente cubana pueda empezar a florecer,” dijo el Ministro Farrakhan.

El Honorable Elijah Muhammad me enseñó que hay una ley en la naturaleza en la que cuando una persona es privada de aquello que Dios procura para esa persona tal como la libertad, justicia, igualdad de oportunidades y una membresía équita en la sociedad; entre más tiempo sean privadas, mayor será la manifestación de aquél quien nació en ese anhelo de una mujer simple para responder a esa necesidad, ese llanto, esa oración por los desfavorecidos quienes anhelan.

En mi última conversación con el comandante Fidel íbamos a tener 20 minutos y duró un poco más de tres horas. Y en los últimos 20 minutos le hablé acerca de él mismo. Le dije las palabras ya mencionadas diciendo que ha sido una respuesta a las oraciones y el anhelo de la gente no sólo en Cuba, en el Caribe y en Centro y Sudamérica sino de la gente de todo el mundo quienes han anhelado por estos derechos naturales que Dios ha procurado para sus criaturas, pero han sido negadas bajo la esclavitud, el colonialismo y el neocolonialismo.

En respuesta a la oración de todos, se convirtió en un mensajero de Alá; se convirtió en un mensajero para Todos del Dios de Todos para responder a las necesidades críticas de Todos. Y como Jesús quién dijo que vino al mundo y donde aquellos que dicen que ven podrían ser cegados y aquellos que son ciegos podrían ver. La revolución que Jesús iba a provocar iba a tomar a aquellos que estaban arriba y sentarlos, y aquellos que estaban abajo y desfavorecidos serían alzados. Tal hombre era Fidel Castro. Con razón la gente lo odiaba. Lo odiaban por su posición privilegiada ejercida sobre los Negros y clase campesina de Cuba, Centro y Sudamérica – y los Negros y campesinos del mundo.

Le dije, querido hermano todos nosotros debemos dejar esta tierra en algún momento, físicamente todos probaremos la muerte. Dije, pero tú señor – no hay tal cosa como la muerte para ti, porque las ideas y los principios, principios universales, y el pensamiento internacionalista que tú pusiste en la gente es el fluido trascendental del Reino de Dios en la tierra.

El Hermano Abdul Akbar Muhammad estaba conmigo y vio lágrimas salir de los ojos del comandante Fidel Castro y le cité del Corán. “Habla no de aquellos que mueren o son muertos en los caminos de Dios como muertos. Ellos aún viven, pero ustedes no lo perciben”. La carne, sangre y huesos físicos de mi hermano se han ido de nosotros, pero sus ideas revolucionarias y principios que él mismo vivió aún viven. Están en la gente que su revolución apresuró hacia una consciencia internacional. Y aquellas características y principios se encuentran a lo largo de nuestro planeta entre los pobres y oprimidos y débiles. ¡Él vive! En mi corazón y en el corazón de todos nosotros quienes entendemos su rol, nunca morirá.

Larga vida a la memoria de Fidel Castro. Larga vida a la gente de Cuba que ha sobrevivido este bloqueo salvaje por más de 50 años y han producido cosas maravillosas en medicina, en ciencia y en cultura para que el mundo la reciba.

Larga vida a la revolución cubana. Y que estemos del lado de aquellos que admiten que alguna vez estaban ciegos, pero es nuestro momento de ver como la confusión de los jefes del estado y gobierno oeste es tan clara que se están volviendo ciegos. La confusión que existe en los jefes del estado y gobierno del mundo occidental continuará. Continuarán a disolverse mientras los pobres, los débiles, los Negros, los Morenos y los Rojos continuarán a elevarse por la gracia de Alá (Dios).

 

Minister Louis Farrakhan on the passing of 'El Commandante' Fidel Castro